Lecciones de la experiencia de Indonesia a las que el mundo debería prestar atención
Este será un año crucial para Indonesia. El año en el que la el poder político cambiara de manos. Tanto la Cámara de Representantes DPR como la Presidencia tndrán nuevos ocupantes. Indonesia comenzará un nuevo viaje y un nuevo capítulo de su historia
Los nuevos encargados del futuro de Indonesia se enfrentan a muchos desafíos. En los últimos meses ha habido un aluvión de críticas por la deceleración de la economía y la caída de la rupia. Muchos analistas han menospreciado las perspectivas económicas del país cuestionando si merece su estatus como uno de los mercados emergentes más populares del mundo.
Los temas tratados son a menudo importantes y los autores ofrecen “sabios consejos” sobre los aspectos que son susceptibles de ser mejorados.
Todo el mundo conoce los retos: Indonesia necesita impulsar más rápidamente sus reformas para ascender en la escala económica.
Indonesia tiene que hacer más para seguir siendo competitiva, pero sin olvidar el gran éxito que ha tenido el país. Recordar en que lugar se encontraba hace sólo una década.
La memoria escasa y la poca capacidad de atención a menudo infravaloran el progreso. Indonesia ha hecho grandes avances en lo que es en realidad un período muy corto de tiempo. El país y su gente deben estar orgullosos de los progresos que han hecho; ha sido una lucha larga y una dura victoria. Indonesia tiene muchos motivos para estar orgullosa y el resto del mundo podría aprender mucho de ello.
Cuando observamos en términos generales los recientes logros nacionales de Indonesia nos damos cuenta que lo que el país ha conseguido es francamente extraordinario.
Tras la caída del régimen del Nuevo Orden de Suharto en 1998, muchos analistas predijeron que el país estaba al borde del precipicio, condenado a romperse casi de la misma manera que le ocurrió a la antigua Yugoslavia tras los terribles conflictos étnicos que la devastaron. Sin lugar a dudas, esa era una posibilidad real en el momento.
Como un extenso archipiélago de más de 17.000 islas y en rápido crecimiento, con cientos de grupos étnicos y lingüísticos que hablan más de 300 lenguas locales únicas, múltiples sectas religiosas y una enorme población (estimada en algo más de 200 millones en 1998 ), manterner el conflicto de sectas y etnias a raya debería ser un desafío en estos momentos tan importantes.
Durante este período convulso, Indonesia se ha enfrentado a la inestabilidad política y económica, con rebeliones separatistas armadas en Aceh y Papúa, y con la secesión de Indonesia en Timor Oriental en 1999.
La desintegración nacional y los conflictos étnicos a gran escala eran lo más probable.
A través de todas estsa turbulencias y dificultades, Indonesia ha emergido como una democracia multipartidista con un presidente elegido por sufragio directo en 2004.
Indonesia reformó sus instituciones, descentralizó rápidamente su estructura de gobierno, y salió por otro lado con su soberanía intacta. Una hazaña bastante sorprendente por decirlo de algún modo
Hoy en día, las instituciones democráticas y la estabilidad política tranquilizan a los consumidores y atraen a los inversores. Las calles de Yakarta parecen mucho más atractivas que las de Bangkok en estos momentos.
La experiencia de Indonesia ofrece al mundo muchas lecciones. Indonesia ha demostrado que un gran país formado por una variedad de etnias, culturas y sectas religiosas pueden vivir codo a codo dentro de una nación-estado.
“Bhinneka Tunggal Ika ” o ” Unidad en la diversidad ” es algo más que un lema nacional. Es un principio fundamental que ha configurado Indonesia.
Indonesia – un país de mayoría musulmana – acaba de celebrar la Navidad con todos sus excesos de modernidad y con extravagancia y, con ella, un fiel reflejo de los valores modernos de Indonesia. No deje que los extremistas y los matones intolerantes te engañen. Estos son apenas unos pocos en un país vibrante y amigable de casi 250 millones de habitantes.
La reciente experiencia de Indonesia demuestra a los países recién emancipados de la primavera árabe que democracia y el Islam son compatibles entre si, en un país de mayoría musulmana, con una sociedad compleja y dinámica con variedad de grupos étnicos, disipa cualquier a quien pueda pensar lo contrario.
Esto da esperanza a los países de Asia Central, Oriente Medio y África del Norte , que actualmente experimentan inestabilidad económica, agitación política y control militar y que se preguntan si la democracia y la paz se puede lograr. Sí se puede.
Hoy en día, Indonesia es una de las economías con más energía de Asia, que atrae a inversores de todo el mundo en un mercado de consumo en rápido crecimiento, a pesar de la desaceleración. El crecimiento se ha desacelerado, pero sigue siendo fuerte en torno al 5,6 por ciento. A pesar de la negatividad de algunos, sigue siendo la segunda tasa de crecimiento más rápido después de China en el Grupo de las 20 principales economías.
También ha habido mucha controversia reciente sobre los cambios propuestos en las leyes mineras de Indonesia, los recursos naturales son sin duda importantes, pero la economía de Indonesia es más que sólo sus recursos naturales.
Hoy en día, una economía dinámica y una creciente clase caracterizan a Indonesia. Una clase media que probablemente se duplicará a más de 141 millones de personas en los próximos siete años, según Boston Consulting Group.
Joven, emprendedora, independiente y ambiciosa, la clase media de Indonesia está empujando la economía hacia adelante. Desde la banca, el turismo, el entretenimiento, la gastronomía y el comercio al por menor, el sector de servicios de Indonesia está impulsando el crecimiento y el empleo, así como contribuiyendo a unos aproximadamente la mitad de la producción económica total.
Durante la crisis financiera asiática de 1997-1998, Indonesia se paralizó, su sector bancario se colapsó y el país perdió un devastador 50 por ciento de su producto interno bruto, peor o similar a las recientes crisis financieras que enfrentan algunas economías occidentales.
Pero resistió. Tomó decisiones difíciles. No se engañó a sí misma evitando reformas, lo que pudo haber significado que su economía terminara como un caso perdido en lugar de un granero.
Durante una década se reestructuraron laboriosamente bancos, empresas e instituciones. El sistema bancario y financiero se renovó completamente y se consolidaron, desde 236 a 128 bancos como un banco central independiente – el Banco de Indonesia – que fue creado para regular y supervisar el sector y los bancos estatales se redujeron dejando mucho más espacio para el sector privado.
Ese mismo sector bancario – puesto de rodillas hace apenas 15 años – apenas tosió durante la crisis financiera de 2008. Instituciones de Indonesia actuaron con decisión para estimular la economía y resistir el impacto.
La experiencia de Indonesia demuestra que de una agobiante crisis económica, en la que el país fue ampliamente amortizado, puede ocurrir una reestructuración con éxito.
Aunque la experiencia de Indonesia es única, aporta lecciones para el resto del mundo. Esto demuestra que el ser lo suficientemente valiente como para tomar decisiones difíciles y llevar a cabo reformas radicales pero necesarias pueden hacer que el éxito económico pueda volver a ser alcanzado. Muchas de las economías con problemas de Europa podrían aprender una cosa o dos.
Indonesia ofrece una gran cantidad de lecciones constructivas para el resto del mundo. Por supuesto que se enfrenta a muchos desafíos a medida que nos acercamos a 2014, pero Indonesia ha experimentado éxitos transformadores. El discurso de los medios de comunicación puede centrarse en los aspectos negativos, pero no se deben olvidar los grandes aspectos positivos.
Indonesia ha ganado mucho más de lo que piensas.
Fuente: thejakartaglobe.com, Edward Parker / Foto: thejakartaglobe.com
Selección: JLJM / Traducción: José Luis Jordán Moreno